Sunday, June 22, 2014

Un estudio demuestra los químicos que potencian el cáncer de mama

Todos están presentes en el entorno cotidiano. Van desde los gases que emanan los autos hasta los solventes y los derivados de los desinfectantes para tratamiento de agua potable. La investigación, fue publicada hoy en la prestigiosa revista Environmental Health Perspectives.

Científicos estadounidenses identificaron las sustancias químicas más cancerígenas presentes en el entorno cotidiano que las mujeres deberían evitar para disminuir los riesgos de cáncer de mama, aunque hacerlo es muy difícil porque forman parte del día a día. 
 
La investigación, publicada el lunes en la revista Environmental Health Perspectives, confirma asimismo que los productos químicos que provocan tumores cancerígenos en las glándulas mamarias de las ratas también están vinculados al cáncer de mama en los humanos. 

El estudio elaboró una lista de 17 sustancias cancerígenas prioritarias porque provocan tumores mamarios en los animales, a los que muchas mujeres están expuestas. 

Se trata de productos cancerígenos presentes en la nafta, el gasoil y otras sustancias que emanan de los vehículos, así como ignífugos, solventes, corrosivos de pinturas y derivados de desinfectantes usados en el tratamiento del agua potable, entre otros. 

"Esta investigación brinda elementos para prevenir el cáncer de mama identificando productos químicos prioritarios a los cuales las mujeres están más a menudo expuestas y muestra también cómo controlar esta exposición", explica el médico Ruthann Rudel, director de investigacion en el instituto Silent Spring de Newton (Massachusetts, noreste), coautor de la investigación. 

"Estas informaciones guiarán los esfuerzos por disminuir el contacto con estas sustancias ligadas al cáncer de mama y ayudarán a los investigadores a estudiar cómo las mujeres se ven afectadas", añade.
Las investigaciones llevadas a cabo hasta ahora sobre el cáncer de mama no tomaban en cuenta la exposición de mujeres a una gran cantidad de productos químicos, sobre todo por la falta de información acerca de los productos que había que analizar para probarlos. 

Según estos investigadores, los grupos de consulta de expertos de la Casa Blanca, el Instituto Estadounidense de Medicina y el Comité de coordinación para la investigación medioambiental y el cáncer de mama subrayaron que las sustancias químicas presentes en el entorno cotidiano eran una pista prometedora para la prevención de tumores malignos mamarios. 

Reducir la exposición a productos químicos
"Todas la mujeres están expuestas a sustancias químicas que podrían aumentar el riesgo de cáncer de mama, pero lamentablemente este vínculo es ampliamente ignorado", comentó Julia Brody, directora general del Silent Spring Institute y coautora del estudio. 

"Reducir la exposición a los productos químicos tóxicos podría salvar la vida de muchas mujeres", consideró, añadiendo que"cuando se habla a la gente del cáncer de mama, no piensa en el riesgo que representan las sustancias químicas". 

Finalmente, lamenta esta investigadora, "los fondos asignados a la investigación sobre el vínculo entre el cáncer de mama y los productos químicos en el entorno sólo representan una parte ínfima del total".
"Es imprescindible que las industrias y el gobierno actúen para reducir la exposición a las sustancias más peligrosas",insistió Kristi Marsh, autora de una obra sobre el tema llamado "Little Changes". 

Un cáncer de mama le fue diagnosticado cuando tenía 35 años y Marsh, que no poseía antecedentes familiares, lo atribuye a una exposición a químicos cancerígenos. 

Para Dale Sandler, principal epidemiólogo del Instituto Nacional estadounidense de Ciencias de Salud Medioambiental (NIEHS), "esta investigación examina de manera extensa y profunda los datos toxicológicos y los biomarcadores vinculados al cáncer de mama".
También es una "importante fuente de información" para estudiar el vínculo entre el entorno y el cáncer, dice. 

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) van a incorporar recomendaciones del estudio al tiempo que se preparan para probar muestras mamarias de unas 50.000 mujeres en el marco de una investigación sobre hermanas para determinar las causas del cáncer de mama.